Another Brick in the Wall

Ni hao a todos. Esta mañana (hora china) he aprovechado para darme un pequeño paseito. O tal vez no tan pequeño, me han llevado hasta la Gran Muralla. Al igual que pasó con las cataratas del Niagara, hay cosas que aunque no estén en la misma ciudad, uno no se puede perder.



Voy a comentar de paso de dos personas de la oficina, que pese a lo que se podría esperar, no hablan ni gota de español. Son una señora muy amable y atenta que se encarga de, podriamos decir, la limpieza de la oficina (y cuando me descuido, sin yo decir nada, me trae té si no me queda, o si se me ha quedado frío), y el chofer. Pues este buen hombre, a petición del director, me ha recogido esta mañana en el hotel para llevarme hasta la muralla, ha esperado tranquilamente mientras yo paseaba, y me ha traido de vuelta. Seguramente él no lo piense así, pero para mi que se merece un monumento.







Bueno, la verdad es que todos en la oficina se lo están mereciendo. Por ejemplo, una de las chicas me acompañó ayer a una tienda de discos, para hacerme de intérprete. Pensaba hablar con algún dependiente, pero al final acabamos hablando con un chico que estaba por allí mirando discos. Gracias a ellos (al chaval que me recomendaba, y a la chica que me traducía), tengo música suficiente para poder hacerme una idea correcta del rock chino.



A ver si hoy puedo visitar alguna cosilla más, que aquí anochece a las 6 de la tarde, y saliendo a las 5 de la oficina, uno se queda sin muchas posibilidades.