sábado, 21 de junio de 2008

A Walk on the Wild Side

Yo lo sabía, aunque no quería aceptarlo. Pero se hace cada vez más obvio. No va a hacer falta que me lie con ninguna noruega: ya voy a marcharme de aquí con lagrimas en los ojos. Y no solo por lo malo que resulta el exceso de horas de luz.

Ayer aproveché, como estaba previsto, para visitar el Vigelandsparken, un parque muy bonito, con un paseo central lleno de estatuas por todas partes, muy verde y... con gente haciendo barbacoas. Por supuesto, aquí la gente recoge despues, se preocupa de no quemar lo que no se debe.

Por supuesto, luego aproveche para conocer más personalmente el sistema de transportes. Me llamó mucho la atención una cosa: hay dos tarifas. Puedes comprar el billete del propio conductor de autobús o tranvía, y se aplica una tarifa... o lo puedes comprar antes en unas maquinas que hay en cada parada, y te sale más barato. Desde luego, hay que reconocer que es algo curioso.


También tuve tiempo de dar una vueltecilla por el centro de la ciudad, echando un ojo a los sitios y calculando donde iría despues a tomar alguna cervecilla, y pude ver las cosas claras. Las horas de luz son un bien preciado, el buen tiempo también. Aquí la gente está por las calles, o en terrazas, o en parques haciendo botellón. Disfrutando el buen tiempo. Por supuesto la gente no resulta demasiado escandalosa, aunque haga ruido, ni descuidada y sucia. Así que por lo que se ve, nadie tiene problema con que la gente tome las calles.


Pero no esperemos para lo interesante: la juerga en Oslo. Aunque no puedo decir que conozca aún la juerga de esta ciudad, porque solo estuve por un garito, pero...

... pero es que así es imposible. El sitio no solo es bueno, la gente que lo lleva es agradable, la música es variada (desde hard rock a black metal) y buena, la decoración es curiosa, la clientela parece agradable. Aceptan peticiones, aunque el cartel ya avisa. Por supuesto no te miran raro si te pones a hacer el moñas... las camareras acostumbran a hacer el tonto tras la barra. La cerveza no es barata, pero nada en esta ciudad es barato, así que 5 euros y medio por medio litro de cerveza no resulta tampoco tan extraño. Y lo peor, ya decido marchar, después del pequeño intercambio de opiniones con el pincha (yo le reconocí que el sitio era cojonudo, el me puso Fear of the Dark), cuando ya estaba saliendo por la puerta, empiezo a escuchar Hail and Kill. Lo dicho, así es imposible, me terminé quedando en la puerta fumando mientras terminaba la canción.

Y un ultimo detalle: también aquí adoran a Lordi. Que una chica se ponga a gritar emocionada mirando mi camiseta, diciendo que Lordi son tremendos y me salude haciendo los cuernos, no tiene precio.

4 comentarios:

tita hellen dijo...

Me encanta la foto que has puesto del lago, es preciosa.

Siga bien usted y no se abrigue ahora, que le entrará el sarampiónch

John Black dijo...

El parque entero es para verlo. Ya te enseñaré las fotos, que te va a encantar.

Y no te creas que de lo de abrigarme me está haciendo falta aquí en Copenhague, que no se que pasa que es ir al sur y empeorar el clima...

tita hellen dijo...

Bueno, pero si te abrigas no te hacen cuernos con la camiseta de Lordi...

John Black dijo...

No lo creo, esto ya no es la tierra del metal (aun no he conseguido encontrar un garito heavy).

Si es que lo tqngo claro, me voy a hacer Noruego y me voy a ir con los vikingos xD.