martes, 17 de junio de 2008

Christiania

Bien es sabido que el invierno, cuanto más al norte te encuentras, supone menos horas de luz... y en verano sucede lo contrario. Resulta un poco desesperante eso de que a las 11 de la noche sea aún de día, y a las 5 de la madrugada ya haya amanecido. Pero hay que ser duro, aquí en tierra de vikingos.

Oslo es una ciudad que no es verde. Lo que se consideraría como verde se queda corto. Todos sabemos ese dicho de que si los arboles no dejan ver el bosque... aquí los arboles lo que no dejan ver es la ciudad. Bueno, y para las fotos, el sol se las arregla siempre para estar en medio. Es lo que tiene que en estos momentos quiera ser el protagonista: estoy teniendo unos días maravillosos, de andar de manga corta por la ciudad... aunque siempre con la cazadora en la mano, porque en un descuido se te puede poner el dia feo por un ratillo, o por tiempo indefinido. A fin de cuentas, el clima duro hace hombres duros... y esto es tierra de vikingos.

Pero es una ciudad en las que se pueden tener experiencias maravillosas, como la de cenar en un buen restaurante una carne asada deliciosa... mientras de fondo suena Metallica bajito (como pude comprobar más tarde, la música salía de la cocina).

También puedes disfrutar de la experiencia no tan maravillosa de la pobreza, viendo como tus coronas desaparecen a un ritmo constante sin que tengas muy claro como lo hacen. No es que con el cambio de moneda las cosas parezcan caras, es que lo son. Ahora entiendo porqué los vikingos saqueaban y saqueaban... ¡para poder afrontar el coste de vida de ciudades así!

Pero por otra parte, hoy me ha sucedido algo que me llena de orgullo y satisfacción. Me han confundido con un autóctono. Cierto es que la zona por la que estaba no es precisamente turística (aunque conecta dos zonas que sí lo son), pero eso de que te confundan con un vikingo... te entran ganas de agarrar el hacha, ponerte el casco, subirte en el drakkar e irte de excursión a saquear aldeas (bueno, eso y saber que tendrás que seguir pagando estos precios lo que queda de semana).

También he podido comprobar el mito escandinavo. Es obvio que no, no todas las noruegas son unos pivones impresionantes. Concretamente, hay algunas que no lo son. Pero sí es cierto que hay muchas mujeres guapas, y un nada despreciable grupo de mujeres que, aun a riesgo de parecer superficial, afirmo que están para mojar pan. Aún no he comprobado la parte que dicen de que las nórdicas sn fáciles, pero si he comprobado que son bastante simpáticas (al final los secos y desaboríos vamos a ser los españoles, ya vereis).

También es cierto que con el solecito que tenemos, el aire fresco y puro, y una ciudad tan verde, como que estar de mal humor parece delito. Y yo diría que lo es. Además, al igual que los paises centroeuropeos, aquí hay una educación y un respeto digno de admiración (aunque con algo más de caracter, que esto es tierra de vikingos), así que la estancia se hace muy agradable.

Pero tanto hablar de tierra de vikingos tiene su sentido. Hoy he aprovechado que podía salir pronto de la oficina para cruzarme el fiordo en barco (porque para quien no lo sepa, Oslo está en un fiordo) y dar una vueltecita por la zona de los museos. Quien me conoce sabe que no podria resistirme a visitar el Museo de Embarcaciones Vikingas. Y puedo afirmar que han sido unas coronas muy bien pagadas.

El museo expone tres barcos funerarios vikingos. A pesar de que las tumbas fueron saqueadas, algunos de los objetos fueron destruidos y no queda nada de la orfebrería, el espectáculo es impresionante. Además, está preparado con pequeños miradores con los que se puede ver la cubierta del barco. Además del resto de objetos encontrados, expuestos en vitrinas, entre los que se incluyen varios trineos y un carro, y restos de tejidos (que, por supuesto, no se conservaron tan bien como la madera).

Porque no olvideis: esto es tierra de vikingos (¡y vikingas buenorras!).

2 comentarios:

tita hellen dijo...

Auhhhhhh!

Ah, que eran vikingos, no cartagineneses... perdón.

Cuidado con las walkirias que estas desatau

John Black dijo...

Al final no pudo ser lo de las walkirias, el año que viene habrá que probar suerte again (es lo que tiene intentar ligarse a la camarera de un garito, que le vamos a hacer...).