lunes, 12 de noviembre de 2007

Historias de cama


Feeling in the touch of the blankets: Nights in white satin - Moody Blues


No, esto no es una historia erótica/pornográfica. Esta mañana, mientras tomaba café con los compañeros, ha surgido una conversación curiosa. Era sobre los peligros que supone dormir acompañado (aun en buena compañía).

Admito que rompe mucho el romanticismo de dormir abrazado a tu pareja, pero no deja por ello de ser un hecho consumado: todos nos movemos mientras dormimos. Hay casos de gente que se gira bruscamente (con el consiguiente manotazo a quien duerme al lado), o simplemente mueve las piernas (con el sufrimiento respectivo en las espinillas ajenas). Hay quien coge la costumbre de apoyar la cabeza en el lado interior del codo, cortando la circulación del brazo. Hay a quien, cuando dice que eres muy tierno por dormir abrazado a ella, te dan ganas de contestar: "No solo, cariño, también es porque así te mueves menos". Algunos somos como estufas vivientes (o durmientes), lo que combinado con el caso anterior da lugar a muchas situaciones divertidas. Y la totalidad del mundo (salvo casos extraños) negará rotundamente que él realmente haga alguna de estas cosas, o similares. Creo que viene a ser algo como lo de "yo no ronco".

Al final de todo, no me cabe duda de que dormir con la persona que quieres es algo que se hace por amor. Y a pesar de toda incomodidad que puede suponer, tiene un punto especial. Porque luego, cuando por las circunstancias que sean, no puedes hacerlo, lo echas de menos. Por lo menos, a mi me pasa.

2 comentarios:

la reina del hielo dijo...

se echa mucho de menos: una verdad como un templo. Sí que es cierto que depende de la persona se duerme más o menos. Había un estudio acerca de esas cosas, según cómo duermas con tu pareja así os llevais o algo así. Si instintivamente acabas abrazado a tu pareja aunque hayais decidido no abrazaros (pero sí dormir juntos) es que estais realmente compenetrados.

Camas de 2x2 para todos! (las camas de 90 en pareja son la muerte)

John Black dijo...

Eso demuestra que la gente que se dedica a hacer estudios se aburre muchísimo.

Y si, las camas de 90 en pareja son la muerte, pero solo a veces.