Cielos de Neón (continuación)

Original Soundtrack: The Noose - The Offspring

La vida es una cuestión de estilo, la actitud es tan importante como la aptitud. Y la chica tenía ambas cosas. Avanzó por el pasillo del hotel como si hubiera salido de una pelicula de acción del siglo anterior. Los gorilas apenas tuvieron tiempo de verla mientras ella levantaba el arma. Dos silbidos, dos cadaveres. Continuó hacia la puerta abierta de su habitación. Una ráfaga astilló la pared, saludandola, mientras ella se retiraba con un salto, justo en el momento en que las luces de toda la planta se apagaban.

"A veces es necesario contar con un as en la manga", había dicho ella mientras manipulaba el sistema eléctrico. El también lo sabia, solo serían unos segundos de oscuridad, pero bastaría. Otra ráfaga intentaba barrer el pasillo a ciegas. Un silbido más, otro...

El golpe de un arma contra la pared le hizo pensar que algo iba mal. Un crujido, el generador secundario entró en funcionamiento mientras el se acercaba tanteando las paredes. Un golpe sordo contra el suelo, llegó a la puerta. La pistola de la chica estaba en el suelo, ella también. Entonces lo vió. No era muy alto, rondaría el metro sesenta, pero sus movimientos eran graciles, perfectos. Y era demasiado rápido, reflejos aumentados genéticamente, un ninja clonado como aquellos que circulaban en historias nunca confirmadas sobre corporaciones. Nadie tenía derecho a moverse de esa forma. Con un solo paso se había puesto a su lado, y con un giro fluido, como si supusiera ningun esfuerzo, lo lanzó contra la pared de una patada. Nadie que se moviera tán rápido tenía derecho a golpear así. La chica intentaba levantarse, ahora pudo ver que su pierna estaba rota. El ninja dió un paso atrás, esperando como un gato que juega con un ratón.