miércoles, 16 de abril de 2008

Con "zapatitos" no entras...

Estoy esperando que llegue ya mañana. Dicen que el jueves es el mejor día para conocer la noche berlinesa... y que mejor que conocerla en su mejor momento, digo yo. El pequeño conflicto es que los buenos sitios están del otro lado del muro. Ya no hay muro, lo se, pero aun así, pilla un poco lejillos del hotel.

Por lo que me han comentado, por esas zonas la ropa que vistas es muy importante. Por suerte me he traido lo necesario para poder ir convenientemente arregladito. Unos vaqueros viejos, botas, la camiseta de Lordi y mis greñas... y mi sombero, como no. Con eso no creo que me miren mal. Aunque bien pensado, tampoco me dijeron nada en la discoteca más pija de Milán...

Se que hay gente que piensa que el Alemán es una lengua desagradable al oido. Bueno, no tiene porqué serlo. Tras varios días escuchando el idioma te das cuenta que pese a lo que puede aparentar (o como sospechabas, en mi caso al menos), tiene incluso una cierta musicalidad. Mejor dicho, tras escuchar algo (más) de musica en alemán te das cuenta de que es un lenguaje con bastante ritmo. También te das cuenta de que las tendencias musicales conviven unas junto a otras en los medios sin taparse, ser escondidas o desestimadas.
Aún solo son sospechas, pero lo que veo me hace pensar que la gente de Berlín tiene una mente bastante abierta. O mucho más abierta que los tipejos del Mediterraneo solemos tener. Además de ese increible respeto por la propiedad ajena. Aquí la gente deja cosas en los coches, se despreocupa: hay ladrones, pero no hay tantos como para que sea un riesgo.

Y no he podido pasar una cosa por alto. Berlín es una ciudad muy limpia. Pero no porque la gente no tire papeles al suelo. Es un poco todo: la gente cuida, los servicios de limpieza se encargan, la lluvia echa una mano...
Otra cosa sorprendente es la forma que tiene aquí de llover. Se puede tirar un par de días lloviendo sin parar como quien no quiere la cosa... y con fuerzas de sobra para acelerar en cualquier momento. Y la no menos sorprendente forma de recoger esa lluvia que tiene la ciudad, se nota la experiencia: ni charcos grandes, ni regeros de agua por las pendientes, ni acantarillas atascadas.
De momento solo he encontrado un problema. Un único problema nada más a la ciudad: a las 6 de la mañana es de día. Pero no que está amaneciendo. De día y con sol (siempre que las nubes lo dejen) y una luminosidad tremenda. Y aquí las persianas no se llevan mucho...

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