viernes, 28 de diciembre de 2007

Cinismo


The perils of Rock n' Roll decadence: Pretty Tied Up - Guns n' Roses

Nunca queda muy claro el origen de mi cinismo. Realmente hay muchos motivos posibles y la influencia de cada uno es cuestionable.
Pero antes que nada, no deben quedar dudas de la definición de cinismo. Segun la RAE:

cinismo (Del lat. cynismus, y este
del gr. κυνισμός).
1. m.
Desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas
vituperables.
2. m. Impudencia, obscenidad descarada.
3. m. Doctrina de los cínicos (‖ pertenecientes a la
escuela de los discípulos de Sócrates).


Descaro no me falta cuando quiero, y si tengo que mentir o actuar de forma cuestionable, no dudaré. Solo que el fin no justifica los medios, por mucho que dijera Maquiavelo. Y sí, la civilización en la que vivimos nos causa más mal que bien, y cada persona lleva en si mismo la posibilidad de felicidad. Y depende de uno mismo ser feliz o no.

Soy cínico desde la primera vez que alguien cuestionó mi forma de ser o actuar. Puede que sea irreverente en muchos casos, o brusco. Pero cuando hablo digo lo que pienso y lo que siento. Cuando actuo busco hacer lo que creo mejor, para mi y para todos a los que pueda afectar. Y en todo momento, me responsabilizo de mis palabras y actos, y acepto las consecuencias. Cuando coges una moneda, coges la cara y la cruz, no solo una de ellas.

Por ello, además, si alguien actua según piensa y siente, e intentando hacer lo que cree que es mejor, no puedo realmente cuestionar nada. Como mucho puedo opinar... salvo ante demostraciones flagrantes de cinismo egoista.

Anoche volvía a casa escuchando, en el taxi, un programa de radio que hablaba de la temporalidad laboral y la relacción de eso con la dificultad de los jovenes a independizarse, y la culpabilidad de las grandes empresas en esto... y yo empezaba a sufrir un caso terrible de gigantismo (un huevo hinchado y el otro, lo mismo). Básicamente, porque la señora que estaba hablando no solo ponía la exclusividad de la culpa en manos de las grandes empresas. Para colmo, era representante de un sindicato que no mencionaré.

La pequeña empresa es un mundo de caos, desorden y estancamiento. En la pequeña empresa te caen marrones a cada segundo. Independientemente de que en una empresa pequeña, más que normas hay un conjunto horrible de excepciones... que alguien tiene que cubrir, tapar y ocultar. Lo preocupante es que tu proyección laboral real es absurdamente nula. Y bueno, al final todo se resuelve por que una o dos personas se cansan y lo hacen todo casi. Luego te dan la palmadita en la espalda... y el "verás... es que la cosa va mal..." cuando pidas un aumento de sueldo. O cuando a fin de mes no te haya llegado la nomina, que de todo hay.

En las grandes empresas, que cada vez se parecen más a las megacorporaciones cyberpunk, te ofrecen cada vez más una Vida Feliz™ (corporativa), posibilidades de mejorar en un futuro (dentro de la empresa), tonterías con el logo de la empresa, teléfono de empresa, ordenador de empresa, coche de empresa... vamos, que cualquier dia te dan condones con el logo de la empresa para que folles corporativamente. Vamos, que hasta cuando te dan por el culo, al menos te dicen palabras bonitas (corporativas).

Pero vayamos al meollo de la cuestión. Los sindicatos, esos paladines del trabajador de a pié, que salvo muy honrosas excepciones (y muy escasas), cuando les dices que te estan dando por culo, como mucho te recomiendan que uses vaselina. Que se pasan las horas sindicales sin hacer nada (mientras sus compañeros deben currar por lo que no hacen), que a veces los tienes que ir a buscar al bar, ya que no hay nadie en el despacho del sindicato. Que en lugar de defenderte, se dedican a lamer culos para trepar, a aprovechar su situación de ventaja, y que solo defienden (con suerte) a los afiliados al sindicato y cuando se mueven es por motivos políticos. Ellos son los que tienen mayor culpa en el asunto. Ellos no están haciendo su trabajo, y en vez de aceptar la responsabilidad correspondiente, echan la culpa a otro.

Yo soy cinico y mi forma de actuar es cuestionable. Intento hacer lo que debo lo mejor posible, aunque sea a mi manera. Acepto las consecuencias de todas mis acciones. Yo me esfuerzo por ser consecuente con como soy, que pienso y siento, y que hago. Ellos, sin embargo, son simplemente unos hijos de mala madre (aunque sus madres sean unas santas), tan falsos como una moneda con dos caras, y que tratan la vida laboral como una paella en la que ellos se quedan el marisco bueno (o la carne buena) y a ti te dejan el arroz y los guisantes. Y no puedo respetar a nadie que se queda con lo bueno de algo y se olvida de los deberes y responsabilidades que conlleva.

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