lunes, 11 de mayo de 2009

Kaiser-Walzer


Pues si, chicos, me encuentro esta semana en la Viena Imperial (y también en la otra, la que no es Imperial). Concretamente, la oficina está en pleno centro, al lado de la Opera, a unos minutos del Palacio Imperial. Un lugar bonito, con calles peatonales y todo eso.

El hotel lo tengo situado en pleno gueto turco, que no tengo nada contra los turcos, pero hace que ya no sea tan imperial la cosa. Especialmente a eso de las 9 de la mañana, cuando para ir al tajo me toca coger dos tranvías, porque tampoco es plan de patearse los tres kilómetros y pico.


Eso no quita que la ciudad sea bonita, la zona del centro, me refiero. Del barrio que me ha tocado, lo más interesante es la recepcionista del turno de mañana del hotel (que aunque el barrio no fuera así, no dejaría de ser interesante, oye, tampoco hay que quitarle merito a la chica por eso). Tampoco hay que negar que el hotel está bién, salvo por la situación y porque el aire acondicionado tiene poco ímpetu. Pero si abres las ventanas, todo está mejor... bueno, salvo porque los turcos (en terminos generales) no son, precisamente, gente silenciosa.

Estoy pensando en reclamar y en exigir que como medida compensativa, trasladen a la recepcionista a mi habitación: así al menos, aunque no dejara de sudar por las noches, lo haría por un buen motivo.

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