martes, 27 de octubre de 2009

Angel

Por fín estoy en la ciudad del viento, y por fin puedo empezar a disfrutarla. Casi no consigo llegar a Chicago.

Todo empezó el jueves pasado, cuando desperté con 38... de fiebre, a falta de cuatro días para coger el vuelo. Todo apuntaba a una simple gripe normal (no la versión revisada y mejorada), pero la paranoia que circula con la gripe A, especialmente en los aeropuertos, me convertiría en víctima del primer control sanitario por el que pasara cerca. Así que avisé al trabajo, me enfundé en la cama y me preparé un buen vaso de leche caliente con miel y un analgésico.

Tras un día de reposo, consomés y mantita, mi sorpresa fué mayúscula cuando, al día siguiente (en el que esperaba ir a trabajar) me desperté con 38 y medio. Ahí comencé una odisea de pastillas, cual bakala en discoteca de polígono, en una lucha contrarreloj por estar a punto el domingo por la mañana.

Mis esfuerzos serían recompensados: sin fiebre y más dopado que un ciclista en el tour de Francia, cogí el vuelo el domingo por la mañana desde Barajas. Nueve horas más tarde, llegué a Chicago, pasé inmigración, la aduana y salí del aeroperto sin ser sometido a consulta médica.

Por supuesto, todo tiene sus consecuencias. Domingo y tarde del lunes los he pasado en la habitación del hotel, de reposo todo yo menos mi estómago, que se resentía de la carga química a la que le he sometido. Pero hoy se acaba todo, hoy termina el sufrimiento... digo el tratamiento. Así que, esta tarde, me iré de compras (tengo el hotel en plena Magnificent Mile, esto hay que disfrutarlo, que no es habitual). Y sospecho que lo primero que caerá, será el último de Terry
Pratchett.
Sobre las fotos, en la dicha Magnificent Mile hay una campaña de Victoria's Secret en plan hazte una foto con alitas de angel que hemos usado en los desfiles, con marcas de donde te tienes que poner. Las dejo por si alguna quiere usar el potochop y sacarse un recuerdo de Chicago.

lunes, 26 de octubre de 2009

Baby, don't you wanna go?

Tenía que decirlo, pero mejor que lo digan ellos:

jueves, 8 de octubre de 2009

In the Army now

Ha muerto un soldado español destinado en Afganistán. Y parece que ahora se va a armar la de Dios porque "es que estaban en misión humanitaria". Señores, un militar destinado a una zona peligrosa corre un riesgo, y el debería saberlo y todos deberíamos asumirlo. A una misión humanitaria se mandan ONGs, médicos, bomberos... no un cuerpo armado. Si hay que indignarse por algo, debería ser en todo caso por que no contasen con la equipación y medios adecuados para realizar su trabajo, o porque no estemos de acuerdo en esa misión, no porque hayan sido victimas de un ataque armado. Un ejercito no es una ONG grandisima, solo que con tipos en uniforme, repito, es un cuerpo de hombres armados y entrenados para la guerra, o eso es lo que se supone.

Quizá es que en el mundo en el que queremos vivir, esa es una realidad que no nos gusta creer. Ya sabeis, un ejercito armado y entrenado para la guerra, dispuestos a arriesgar su vida si llega el caso. Igual que, en su momento, nadie quería entender que un corresponsal de guerra en una zona de conflicto se está jugando la vida (especialmente si, agazapado, te asomas por una terraza con un objeto voluminoso al hombro mientras pasa un tanque). Tal vez por eso, nos de bastante igual cuando se recortan presupuestos en defensa, o la gestión de los altos mandos no es suficientemente eficaz. Eso si, cuando uno de los soldados muere, es una tragedia, porque no debían haberle mandado a una zona peligrosa. Somos unos hipócritas, como en tantas otras cosas.