martes, 19 de mayo de 2009

Life

Hoy voy a entrar en un tema bastante polémico: la nueva ley de aborto. Y va a ser polémico porque además, estoy bastante en contra. Rematadamente en contra.

Considero que esta ley es una medida publicitaria y demagógica. Cierto es que la antigua ley de aborto podría resultar insuficiente, pero era válida. Veamos: el objetivo del aborto es evitar el embarazo no deseado. Para ello existen una serie de medios anticonceptivos, a gusto del consumidor, que ofrecen una eficacia bastante amplia. Como por ejemplo, el preservativo, que es asequible, bastante seguro y condenadamente práctico, ya que además protege de enfermedades de transmisión sexual.

Pero es cierto que los medios anticonceptivos pueen fallar, por ejemplo, un preservativo se puede romper. Existen medios contraconceptivos (que no abortivos), la famosa pastillita del día después. Este medio tampoco es plenamente eficaz (sobre un 90% si se toma el día posterior, la eficacia disminuye según pase más tiempo).

Por supuesto, en una violación todo este planteamiento se nos va al garete. O puede resultar que tras el embarazo, se detecten riesgos graves de salud para la madre o el feto, de continuarse con el embarazo. Pero hasta aquí ya llegaban la ley que teníamos. Cierto, los medios preventivos pueden fallar, y en ese punto la ley antigua podría resultar insuficiente.

Pero llegamos a la nueva ley, aborto libre, a través de la seguridad social... incluso se estudia que a partir de los 16 años sea sin consentimiento paterno. No se que tiene en la cabeza quien ha pensado eso. Un aborto no es una experiencia física y (al menos debería) mentalmente agradable, como un paseo por el campo en primavera. Por supuesto y por el lado egoista, tiene unos costes, que saldrán de nuestro bolsillo. La pregunta que yo me hago es: ¿realmente era tan necesaria? Si se fomenta el uso de los medios de prevención del embarazo, e incluso el acceso a ellos; si se mejora la educación sexual de los adolescentes y el conocimiento de los riesgos, ¿no obtendríamos mejores resultados? Y sí, se puede ampliar la ley que ya teníamos para poder cubrir sin problemas esos casos (una auténtica minoría) en los que los medios de prevención han fallado, ya que la pildora del día después no debería suministrarse sin un cierto control: un cierto control médico, ya que contiene una muy alta dosis de hormonas.

Pero no hay problema, no hay responsabilidad. A pelo, que mola más, y sin preocuparse de las consecuencias, que tenemos aborto by the face.

lunes, 11 de mayo de 2009

Kaiser-Walzer


Pues si, chicos, me encuentro esta semana en la Viena Imperial (y también en la otra, la que no es Imperial). Concretamente, la oficina está en pleno centro, al lado de la Opera, a unos minutos del Palacio Imperial. Un lugar bonito, con calles peatonales y todo eso.

El hotel lo tengo situado en pleno gueto turco, que no tengo nada contra los turcos, pero hace que ya no sea tan imperial la cosa. Especialmente a eso de las 9 de la mañana, cuando para ir al tajo me toca coger dos tranvías, porque tampoco es plan de patearse los tres kilómetros y pico.


Eso no quita que la ciudad sea bonita, la zona del centro, me refiero. Del barrio que me ha tocado, lo más interesante es la recepcionista del turno de mañana del hotel (que aunque el barrio no fuera así, no dejaría de ser interesante, oye, tampoco hay que quitarle merito a la chica por eso). Tampoco hay que negar que el hotel está bién, salvo por la situación y porque el aire acondicionado tiene poco ímpetu. Pero si abres las ventanas, todo está mejor... bueno, salvo porque los turcos (en terminos generales) no son, precisamente, gente silenciosa.

Estoy pensando en reclamar y en exigir que como medida compensativa, trasladen a la recepcionista a mi habitación: así al menos, aunque no dejara de sudar por las noches, lo haría por un buen motivo.