miércoles, 31 de octubre de 2007

Asia

Echoed from a distant land: Kodou - Dir en Grey




No es ningun secreto, la cultura oriental siempre me ha atraido. Pero si algo me ha sorprendido realmente, ha sido conocer de primera mano la educación oriental. Es muy sorprendente, sobre todo si la comparamos con nuestra educación. Me limitaré a mi ámbito laboral, que es lo que he podido comprobar, y, por supuesto, a mi experiencia personal. Este es la informática, departamento de sistemas, para más señas.


Madrid - El usuario te llama. No, no sigue el procedimiento establecido (hablar con una Helpdesk, que se cree un parte de averia, etc.). Te llama a tí directamente, ya que es una persona muy ocupada y su problema es muy urgente. No puede esperar a que le atiendas, no concibe que pueda haber problemas más urgentes que el suyo. Eso con suerte, si no se presenta en tu mesa. Y da igual que estés trabajando, su trabajo es mucho más importante: si no le atiendes es porque estás vagueando.


Tokio y Singapur - El usuario sigue el procedimiento. Y espera pacientemente a que puedas atenderle: estás haciendo tu trabajo. Y eso que saben perfectamente que somos españoles.


Madrid - Llegas a la mesa del usuario y te encuentras la página del Marca (por poner un ejemplo) descaradamente abierta. O el solitario: he llegado a ver un caso de que pidió que le dejara guardar la partida si tenia que cerrar.


Singapur - Solo he visto un caso: una usuaria mostrando vergüenza porque le acababa de entrar un correo personal mientras estaba revisando su ordenador.


Madrid - Según vas a atender al usuario te dice que ahora no es posible, porque en cinco minutos se va. O incluso una vez le estás atendiendo, se marcha a tomar un café. Independientemente de que puedas necesitarle o no para resolver su problema.


Tokio - Otro caso, aunque he visto más, por ser el más extremo: la usuaria se marchaba a casa. Tuve que repetirla tres veces que no era necesario que estuviera al teléfono, delante del ordenador, que se marchara tranquilamente. Ella insistía en quedarse allí, por si la necesitaba para algo.


Madrid - Un caso queda en estudio. Al dia siguiente, cuando llego al trabajo, mi teléfono ya está sonando. El usuario está cabreadisimo porque, dice, lleva una hora intentando localizarme. Se queja por tener que estar esperando, le da igual que ese sea mi horario de trabajo.


Tokio - El usuario espera a las 10 de la mañana para contestarme un correo que yo le envié, para asegurarse que yo esté en la oficina. Sabe que entro una hora antes, y él lleva bastantes horas trabajando, sabe que cuando llegue lo podré leer si lo manda antes, pero espera.


Singapur - La usuaria llama preguntando por mi. Le indican qúe aun no he entrado y pide que cuando sea posible la llame. Llego a la oficina, me comentan esto, llamo y la usuaria se disculpa alegando que el suyo es un caso grave (lo es, afecta a toda la oficina de Singapur) y queria que le explicara un poco la situación.


Madrid - Has resuelto el problema, todo está funcionando, te despides del usuario y este responde preguntando si no volverá a fallar, si seguro que ya funciona, y diciendo que lo probará y si falla te llamará. Y yo pensando que el que sabía de esto era yo...


Singapur y Tokio - Te despides del usuario y si no te da las gracias tres veces, debe ser que les sabe a poco, que no han agradecido suficiente tu atención y trabajo.


Es cierto que los casos españoles están escogidos entre muchos, que no siempre es tan extremo, y no es menos cierto que aquí tambien hay gente majisima, educada y respetuosa. Pero también hay gente que no lo es, y en las oficinas asiáticas no he encontrado a nadie así. Al final siempre te queda un sabor de boca: mucha gente de aquí debería aprender de ellos lo que significa el término "civilizado". Y por supuesto, cada vez tengo más ganas de viajar a esas oficinas.

martes, 30 de octubre de 2007

Acción




And the seas sing with me: Fisherman's Blues - The Waterboys


Hace no demasiado tiempo, y tras conseguir recordar los detalles suficientes y necesarios, recuperé finalmente mi usuario de Blogger, largo tiempo abandonado. Recuperé mi antiguo blog, para así poder lanzarlo al olvido. Algún tiempo antes que eso, ya había recuperado lo suficiente de mi para ser capaz de desamarrarme por fin y por completo de algunos de los sentimientos que me llevaron a crearlo.

Hoy no estoy seguro de que me tiene preparado la vida, pero no me faltan fuerzas para afrontarlo. Hoy no me falta ni tiempo ni ganas ni inspiración para empezar lo que otras veces he intentado empezar, sin tener que terminar convirtiendolo en un sitio donde desahogarme. Además, hay algo en mi interior que me dice que es momento de mirar a a vida con optimismo y sin miedo a lo que pase, pero eso ya se verá. A parte: me aburro en el trabajo, ¿que mejor momento para empezar otro blog?